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Un vínculo de amor con otra generación

Foto del escritor: Once DieciochoOnce Dieciocho

Actualizado: 13 ago 2020

- 1118 está contigo

- Buenas tardes señorita, soy una mujer de la quinta edad, no de la tercera ni de la

cuarta, soy de la quinta, pues ya tengo 86 años…


Muchas llamadas hemos contestado de la misma manera durante esta contingencia sanitaria, unas nos llenan de alegría pues son usuarios recurrentes y nos da gusto saber que están bien, otras nos cautivan por las historias que nos cuentan, algunas más nos dejan reflexionando, todas ellas tienen un común, son personas adultas mayores, más de 70, 80 o 90 años.


Tenemos la firme convicción de generar planes para el futuro, de lo que deseamos hacer, de

las personas que queremos cerca y lo que pensamos en compartir, pero pocas veces nos

detenemos a pensar que la juventud es un parpadeo en la eternidad, "... y es que más pronto de lo que queremos viene una década más vivida, hasta llegar a la tercera edad y después el tiempo no se detiene y pareciera que cada día pasa más rápido". Al escuchar a nuestros usuarios mayores, aprendemos del presente y de lo que ya paso, pero lo mas importante es construir sobre ello en este preciso momento, escuchemos:


"Tener a los hijos cerca cada vez es más difícil, pues tienen a su familia y cosas que hacer y

yo no quiero causar molestias" (sic).


"Si veo a mis hijas, pero no como antes, mis nietos casi no los veo, ni me llaman, una vez le

preguntaron a mi hija porque no y ella respondió que no los había acostumbrado a buscarme, entonces dígame, que puedo hacer" (sic).


"Creo que no eduque bien a mis hijos, si lo hubiera hecho bien ellos me buscarían" (sic).


Y como estas frases, muchas más…


¿Cuál es su demanda? Ser escuchados, como dicen ellos, quitarte un poco de tu tiempo para que escuches sus historias, para que sepas como están.


¿Cuál es el tema del que más hablan? Soledad, tristeza y abandono por parte de sus

familiares.


Son adultos que viven solos, muchos viudos, otros más se acompañan de una empleada y es que no todos manejan la tecnología para ver a sus hijos o nietos por una video llamada y esto les frustra, les entristece y hasta enoja.


Se ha convertido en una nueva enfermedad la SOLEDAD, manifestada en pensamientos de

tristeza, desesperación, muerte, desesperanza por el encierro y por el futuro incierto son temas que se han potencializado en su discurso.

No basta la pandemia que nos tiene en aislamiento, simplemente no estábamos preparados

para afrontarla, la situación de desigualdad ante los medios digitales que presentan nuestros ancianos los lleva a situaciones extremas… "y entonces pensé, y si le digo que me meta en una bolsa de basura, de esas negras, yo creo que si quepo y que me lleven a su casa en su coche" (sic).


Detrás de estas peticiones, hay personas de carne y hueso que lo único que quieren en

demostración de amor, respeto, y porque no, de admiración. Tendemos a agrupar y etiquetar “gente de la tercera edad”, pero son gente y punto. Hay varios aspectos que tenemos que mejorar frente a todo esto con el acróstico AFECTO:


1. Acercarse más: pero no por compromiso o por cumplir. Acercarse pensando en el ser

humano que tenemos frente a nosotros, con su historia, con sus pesares y con sus

alegrías.


2. Fortalécete: Simplemente, si estás sola/solo en tu casa y no te han hablado, ¡Marca tú!

habla sobre lo que necesitas y sobre tus emociones. Pide ayuda para aprender a usar la

tecnología.


3. Entusiasmo: Contagia momentos de motivación, lanza ideas nuevas y proponlas.


4. Crear planes familiares estructurados para que no haya “ni mucho” “ni poco”. Seria

ideal que la familia: hijos, nietos, sobrinos, etc.…se organicen para que la compañía sea

compartida y eficaz.


5. Toma una perspectiva trascendental: Piensa en todo lo que has sembrado en la vida,

agradece cada momento. Si tienes que reparar algo ¡Hazlo!


6. Oír el relato del otro, te va a llenar de aprendizaje. Es la oportunidad para escuchar

esas historias de “héroes”, para aprender de sus triunfos y sus derrotas.


Siguiendo con la experiencia que queremos compartirles sobre la vida de nuestra querida

usuaria, nos asomaremos al amor con el que siguió su vocación. Es fascinante el

descubrimiento, cuando te asomas a las experiencias vividas. Nos dejó ver que todos somos igual de valiosos y que un día extrañaremos nuestra labor, así que más vale hacer todo dejando el corazón…

Aquí su relato: "Estuve recordando cuando tuve el privilegio de poder dar terapia a niños

quemados en un hospital, había como 20 niños en el piso, cada vez, todos ellos diferentes,

pero si duraban mínimo dos semanas tenía la oportunidad de darles terapia, había pequeños desde meses de nacidos hasta niños de 15 años, a los 2 meses de estancia podía abrazarlos y les llegaba a decir que los quería mucho al igual que su mamá. Las madres de estos niños no podían estar todo el tiempo con ellos y sólo se les permitía visitarlos una hora al día, por lo que, a los más chiquitos se les complica entender la ausencia de su madre y se llegaban a sentir muy solos. Recuerdo un caso de un niño de 3 años a quien su mamá le decía que él estaba ahí por portarse mal, entonces, asistía a darle terapia para que se diera cuenta que las cosas pasan y que este hecho no era su culpa, me daba mucha tristeza y manejaba sus emociones poniendo caritas en un pizarrón y ahí veíamos el progreso que día día tenía el pequeño, así, hasta que el niño pudo poner una carita feliz. Recuerdo que en el mes de septiembre, en fiestas patrias, es donde había más casos de niños quemados por cohetes.

Así mismo recuerdo el caso de una niña de 14 años, quién agarró un cable de luz para evitar ser violada por la pandilla de su edificio, con ella tuve varias sesiones trabajando en darle seguridad.

Ya por último, me gustaría platicarles el caso de un chico de 15 años, quién se quemó el brazo y sus padres al tener por religión el ser Testigos de Jehová, no le permitieron que se le pusiera un injerto de piel, las damas voluntarias que hacían labor social en el hospital tuvieron que ir con un juez y pedir ayuda legal para que el chico pudiera ser atendido y recibir el injerto, desafortunadamente cuando ellas lo lograron el chico ya había perdido el brazo y de nuevo las damas reunieron dinero para mandarlo a Houston para que pudieran ponerle un brazo mecánico, cuando el sanó y regresó me enseñó su nuevo brazo y me prometió que trabajaría mucho para sacarle provecho a este miembro.

Como éstos, fueron muchos casos que podría yo contarles, con todos ellos adquirir fuerza y

madurez. Lo más gratificante que me deja esta labor, es que di todo mi corazón con mucho

gusto en cada una de las terapias brindadas". ( SIC)


Concluyendo estas líneas, me gustaría nos diéramos un tiempo para concientizar, tal vez de

una forma cruda pero muy real, un problema que no queremos ver, ni aceptar porque creemos que no nos va a pasar, sin embargo no tardaremos mucho en llegar al lugar en el que ahora están nuestros padres o abuelos y la pregunta es ¿Cómo te gustaría vivir esos años? Si respondes, acompañado, escuchado, compartiendo, no importa con quien, o donde, entonces es momento de llamar a tus padres, tus abuelos y ganar el máximo del tiempo con ellos. ¡Dales un tiempo de calidad!


Nuestros adultos mayores te necesitan, nos necesitan, no los hagas sentir solos en este

momento tan difícil de vivir.


1118 está contigo si necesitas ayuda en este acercamiento.


59801118

Está contigo

 
 
 

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